La obtención de energía térmica a través de la quema de biomasa sólida se realiza con diferentes propósitos. Las aplicaciones térmicas con producción de calor y agua caliente sanitaria son las más comunes dentro del sector de la biomasa, aunque tambien es posible la producción de frío, esta última opción es más excepcional.
Las aplicaciones térmicas más comunes de la biomasa son:
Instalaciones industriales que producen biomasa y donde se requiere energía térmica en sus procesos. En estos casos es donde se consume actualmente la mayor parte de la biomasa en nuestro país.
Otro tipo de instalaciones industriales con necesidades de demandas de calor prolongadas para sus procesos.
Instalaciones del sector doméstico y de servicios con elevada centralización, puesto que el coste de la instalación por unidad de energía producida disminuye significativamente con el tamaño de la misma. Entre otros casos en que las instalaciones de biomasa son rentables para el promotor y para el usuario, se pueden destacar:
* Edificios públicos de cierta dimensión, como colegios, hospitales, centros administrativos, etc. con una ubicación que permita un fácil suministro del combustible.
* Edificios de viviendas con servicios de calefacción y agua caliente centralizados.
* Sistemas de redes urbanas, centralizadas o de distrito (District Heating).
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